Miguel A.
Sebastián Obispo de
Laï (Chad)
« El
pueblo que andaba a oscuras percibió una luz brillante. » (Is 9,1)
Queridos amigos,
No quería dejar pasar estas bonitas fiestas navideñas sin escribiros,
pero al mismo tiempo mi cabeza estaba vacía y no estaba inspirado para escribir
la carta este año. Al final me inspiro de la carta que he escrito al personal
apostólico de la diócesis y así os doy alguna noticia, al mismo tiempo que os deseo
felicidad y paz, pues eso es lo más importante.
(Saludando a un
grupo de refugiados en la escuela de Béré)
En primer lugar os presento el
último incidente, ocurrido en la pequeña ciudad de Deressia, centro de la
parroquia del mismo nombre. Allí ha habido, hace unos días, una pelea seguida
de la venganza de la familia del muerto, lo que ha provocado la muerte de dos
niños y el incendio del mercado. Lo que era un incidence menor, a causa de una
insignificante cantidad de dinero (menos de 0,10 euros) se convirtió en una
tragedia. Pensando que la venganza iba a provocar más venganza, mucha gente
huyó de la ciudad, otros se refugiaron en la parroquia. Al final fue menos grave. En este
momento la gente de la etnia gabri (local) están cotizando dinero para pagar
los destrozos en el mercado y pagar la « diya » (precio de sangre). Esperemos que la calma
que existe ahora dure. El rencor, por no decir el odio, hacia las etnias del
norte de país está aún presente en el corazón de mucha gente del sur. No es
facil sensibilizar a la gente para que se llegue a una verdadera reconciliación
entre el norte y el sur; la historia (guerra y opresión) los ha marcado
profundamente; pero esa es una de nuestras tareas principales: educar al
perdón, a la reconciliación, si no no se podrá construir este país. El próximo
día 1 de enero nos juntaremos de nuevo, protestantes, musulmanes y católicos,
para rezar juntos por la paz en el país. Los obispos, en nuestro mensaje de
Navidad, hemos pedido que se continue el diálogo, única forma de construir la
paz.
Antes de estos sucesos de Deressia, en mayo, ya hubo otro enfrentamiento
entre dos clanes (est avez de la misma etnia) que dio como resultado 5 ó 6
muertos y numerosos heridos; actualmente aun hay más de 30 personas que están
en la cárcel a la espera de juicio! Y los clanes aún no se han reconciliado
verdaderamente.
La situación que os describía en mi última carta ya no es la misma, por
supuesto, pues las lluvias acabaron en noviembre (este año empezaron temprano y
acabaron muy tarde). Al retirarse el agua de los ríos que se habían desbordado
y acabarse las lluvias, la situación cambió, pero la muerte de algunas personas
(ahogadas o por enfermedades) y animales (llevados por el agua), y la destrucción
de muchas casas y campos ya no se podía parar. En algunas zonas aún queda ese
paisaje desolador y la gente no tiene nada o casi nada para comer, pues muchos
campos fueron destruidos por el agua y en esas zonas no ha habido cosecha o muy
poca. Es verdad que no es tan grave como se esperaba, pero la situación es
grave para muchas personas. Hemos hecho una encuesta para saber exactamente las
necesidades de las personas que viven en esos pueblos, pero aún no tenemos el
resultado de esas encuestas. Lo que está claro es que el gobierno no va a hacer
nada (así me lo decía hace unos días el gobernador) y que los organismos
internacionales que vinieron por aquí durante las lluvias y que prometieron
ayuda, ya no los vemos por aquí.
Una vez más nuestra CARITAS (BELACD) se tendrá que poner manos a la obra
para aliviar el sufrimiento de los más desfavorecidos de nuestra sociedad. Hoy
mismo me ha llegado la noticia de que el ayuntamiento de Zaragoza y otros
organismos nos han concedido una financiación para ese proyecto de ayuda
humanitaria. Gracias a ellos! Ya sé que la crisis económica en España es grave,
pero aquí lo es mucho más, a pesar de que el país es rico, pero unos y otros lo
han empobrecido y la gente vive aún miserablemente; los de dentro que no hacen
una buena gestión de las riquezas, en particular el petróleo, y los de fuera,
que solo vienen aquí para aprovecharse de las riquezas del Chad y no para
ayudarlo a salir del subdesarrollo. Nosotros los obispos, en nuestras
declaraciones, denunciamos lo que está mal y proponemos una manera nueva de
hacer, aunque nos quedamos en propuestas generales y no en propuestas
políticas, claro.
En nuestro último mensaje de Navidad decíamos : “reconocemos con tristeza que nuestra sociedad está minada por males
como el alcoholismo, la droga, la pereza, el parasitismo, los conflictos
familiares, los conflictos intercomunitarios, las violaciones, el controle de
nacimientos promovido por una cierta ideología… y prácticas culturales
degradantes como la poligamia, el matrimonio precoz, el rapto, la escisión,
etc.” Decíamos también “que el país
tiene abundantes riquezas capaces de asegurar una vida digna a todos los
ciudadanos… que el país ha hecho progresos remarcables en construcción de
infraestructuras, pero a pesar de eso no podemos ignorar el estado de pobreza
en la que se encuentra la mayoría de los chadianos.”
(Si alguno quiere este texto en francés se lo puedo enviar, aunque espero
poder colocarlo en nuestro sitio web: dioceselai.com)
En nuestra Iglesia Familia de Dios que peregrina en esta región de la
Tandjilé también hay cosas positivas de las cuales dar gracias a Dios. Además
de darle gracias por su amor constante por cada uno de nosotros, por su Hijo
nacido en Belén, por el Espíritu Santo que guía su Iglesia (¡qué haríamos
nosotros sin sus dones!), le tenemos que dar gracias por los que aquí estamos
anunciando el evangelio, a pesar de nuestros fallos, por nuestras comunidades
cristianas que, también a pesar de sus fallos, intentan ser testigos de Cristo
y solidarios de sus hermanos, y gracias por esta Iglesia Familia de Dios que,
como dice Benedicto XVI “está presente en
donde la humanidad conoce el sufrimiento y se hace eco del grito silencioso
de los inocentes perseguidos… y que no pierde
el ánimo.” En efecto, no perdemos el
ánimo a pesar de tantos obstáculos que encontramos en el camino.
No puedo terminar esta carta sin hablaros un poco del hospital S. Michel de
Dono Manga. Este año se termina bastante bien, en primer lugar porque desde
hace unos días tenemos ya fijo un médico chadiano que trabajará como director
médico; acaba de terminar su formación en la capital, en la facultad privada de
medicina “Buen Samaritano” (fundada por un jesuita italiano). También porque
hemos tenido dos visitas de nuestros amigos de Ilumináfrica, en la última han
hecho 150 operaciones de cataratas, y la de un equipo de médicos polacos, de
los cuales un ginecólogo y una anestesista, que han pasado dos meses en dono
Manga y han hecho cosas extraordinarias. Sin olvidar todo el trabajo que muchos
de vosotros estáis haciendo desde allá para que este y otros proyectos salgan
adelante para que los chadianos puedan vivir con un poco más de dignidad.
Gracias por todo!
Termino
deseándoos ¡FELIZ
NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO!
Un abrazo,
Miguel A. Sebastián
Laï, 22 de diciembre de 2012